martes, septiembre 18, 2018

El día que el Pirata pudo más que la Liga

Una de las principales dificultades al buscar información del fútbol mexicano en los albores del profesionalismo, es el poder acceder precisamente a esa información. Muchas veces el poder consultar diarios de la época es misión imposible, ya sea porque éstos no permiten el acceso a su archivo histórico o bien, no existe una hemeroteca adecuada (al menos aquí en Veracruz) en donde poder consultarlos. Dicho lo anterior, procedo a compartir una de las anécdotas poco conocidas y que tuve a bien encontrar a través de mis pesquisas.

Todo comenzó el 18 de julio de 1948 en el Estadio Olímpico de la Ciudad de los Deportes. Veracruz se enfrentaba a los "Merengues" del Marte por el pase a la gran final de la Copa México de la temporada 1947-48. El partido resulto muy disputado, tanto que el dominio fue alternado pero sobresaliendo el medio campo y el ataque rojiazul, especialmente el legendario Jorge Enrico. Sí, aquél del que el decimero Félix Martínez González hace referencia diciendo en su canción "Mi viejo Veracruz", "...contento el veracruzano con el toquesito fino de Enrico, aquel argentino que ya se volvió paisano".

Fue Veracruz quien se puso al frente al minuto 25 con gol del peruano Grimaldo González, tras rematar un balón cobrado en tiro libre por su compatriota Rufino Lecca, ventaja que duraría hasta el minuto 82, cuando el "marciano" Luis Vázquez anotaría el gol del empate, pero a 2 minutos del final, Jorge Enrico Pavesi cobraría de forma magistral un tiro libre para darle la victoria a los escualos y catapultarlos a la final del, por aquel entonces, tan prestigiado torneo copero.

Hasta aquí parece no haber nada extraordinario, sin embargo, resulta que durante el partido, Luis "Pirata" Fuente, haciendo gala de su duro carácter, fue amonestado por "juego sucio", y es en este punto donde encontramos un vacío, pues al no haber una descripción exacta de los sucedido y al no encontrar dato alguno sobre el reglamento de la época, no sabemos explicar con certeza el porque (las notas de la época refieren que el Pirata "ajustó amonestaciones", sin embargo no se aclara si se trató de una expulsión o de acumulación de amonestaciones; recordando que en esa época no se usaban las tarjetas y tanto las amonestaciones como las expulsiones se hacían de manera verbal, por lo que resultaba muchas veces confuso para el aficionado y para el periodista saber que tipo de sanción se daba en el terreno de juego).

El Tribunal de Penas de la Liga Mayor, el ente rector de la competencia, sancionó al Pirata con un juego de suspensión y una multa de $20, a lo que, los dirigentes veracruzanos, en acalorada reunión, presentaron una enérgica protesta y solicitaron que se le permitiera jugar al máximo ídolo del fútbol nacional la gran final y, al no haber respuesta favorable, el caso fue llevado a la Federación Mexicana de Fútbol, organismo este que tras analizar la petición y muy seguramente por tratarse de Luis De la Fuente, quien era el máximo referente del fútbol mexicano, el 24 de julio, un día antes del partido, revocó la sanción impuesta por la Liga y permitió que el Pirata pudiera jugar. Esta situación provocó la renuncia en masa de los integrantes del Tribunal de Penas de la Liga Mayor al sentir que no tenía sentido realizar sus funciones y, como era de esperarse, provocó un caos en las relaciones entre la Femexfut y la Liga Mayor.

De esta forma como Luis De la Fuente, El Pirata, la leyenda, la gran estrella, aquél que llenaba estadios, tuvo mas peso que la Liga y pudo colaborar para que el equipo de sus amores, su equipo, los Tiburones Rojos de Veracruz, ganaran lo que sería su primer título de Copa.